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Mariela Zamora Rojas

Berly Barraza
Berly Barraza
Periodista Salvadoreña

Mariela Zamora Rojas

Jefa Biblioteca Pública N°27

Gestión orientada hacia el acoger.

Mariela Zamora Rojas, ha tenido un estrecho vínculo con la lectura y cultura de El Salvador. En la actualidad se desempeña como Jefa de la Biblioteca Pública N°27 Carlos María Sayago, cargo que ejerce desde 1990. En 1982 llegó como administrativa, dado que estudió Administración de Empresas, una joven que estaba ingresando al mundo laboral; ese mismo año abrió sus puertas la Biblioteca a la comunidad, sin duda, un largo caminar que han recorrido juntas.

 

En aquel entonces la Biblioteca dependía de la Coordinación de Bibliotecas de Atacama, a cargo de María Adela Navarrete B. y de la Superintendencia de Educación y Capacitación de CODELCO División Salvador, dirigida por don Juan Rodríguez del Valle. Aurora Oñate fue la primera Jefa de la Biblioteca, don Luis Rojas Lazo, era el auxiliar. En la actualidad sigue dependiendo de la Coordinación de Bibliotecas de Atacama, perteneciente al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, en comodato con CODELCO División Salvador.

El gusto por la lectura procede del hogar, donde fue incentivada por su familia. Su madre le contaba cuentos, relatos  ancestrales de su pueblo natal, libros que le compraba su padre, además, con su mesada compraba libros en El Gogo a don Luis Guerra. La Escuela N°1 reforzó este interés con unos preciosos libros de cuentos que albergaba en su biblioteca, a cargo del gentil profesor Luis Valenzuela, recuerda.

El primer tiempo en la Biblioteca fue un habilitarla como tal, como diría Machado “Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar”. Hay que mencionar que originalmente se quería hacer un gran centro cultural que abarcara toda la cuadra, al no poder prosperar la idea, se redujo sólo a la Biblioteca, ocupando el edificio que la mayoría conoce hoy. En 1990 asumió como Jefa de la Biblioteca, una década fructífera. Agradecida del Gerente General de CODELCO División Salvador, Bruno Behn Theune, quien  vio la importancia del desarrollo de la cultura en la localidad, su esposa Camila Bentjerodt, se preocupó particularmente de la Biblioteca en cuanto a extensión cultural. En 1992 fue bautizada la Biblioteca como Carlos María Sayago, apadrinada por el escritor Miguel Arteche Salinas, él también dictó talleres de poesía. Otros escritores que han visitado la Biblioteca son: Enrique Lafourcade, Marcela Serrano, Poli Délano. Este lugar además ha sido escenario de diversas charlas culturales, científicas y muchas actividades de fomento lector. En este último sentido, una de las iniciativas más importantes impulsadas por Mariela es El Carrito del Libro, proyecto pionero a nivel nacional, adjudicado ante el Consejo del Libro y la Lectura. ¿En qué consistió? En un simpático carrito con libros que se colocaba en lugares estratégicos de concurrencia masiva: las afueras del supermercado y la Plaza de la República. Su objetivo era el acercamiento de la lectura a la comunidad, prestando libros que después podían ser devueltos en el mismo punto o en la Biblioteca, su público objetivo era la familia. Tres veces fue adjudicado el mismo proyecto, que si bien su duración era sólo por seis meses, su ingenio hizo que acompañara por casi 10 años a los lectores salvadoreños. Con anterioridad, otra idea de fomento lector que también se clasifica en lo denominado biblio-movil fueron unos canastos con libros que llevaban a la Escuela Oscar Yáñez Pastén, sector Inca Portales (Posta). Luego siguió El Libro sale de Carrete, consistente en un bar con libros que se ponía en el Cine, Restaurante EntreCerros, El Ñam Ñam y Cobrecoop, con lectura para adultos, también incluía cuenta cuentos. En la actualidad hay un Punto de Préstamo en Peluquería Marisol. El acercar la lectura a la comunidad también ha incluido la visita a diversos establecimientos educacionales como Oscar Yáñez Pastén, el entonces colegio John Kennedy, y otros que la han visitado como la Escuela de Lenguaje Ayllú, sólo por mencionar algunos.  

El nuevo milenio trajo la ampliación de la Biblioteca bajo la Gerencia de don Fidel Báez N., se anexó la Salita Infantil y una Sala de Reuniones al ya clásico salón para lectura en sala, y que en una de sus murallas luce enmarcado el poema de don Héctor Maldonado Campillay “Yo soy el Indio Muerto”. Además, llegaron las nuevas tecnologías de la mano del programa BiblioRedes, a cargo está don Luis Rojas Lazo; su objetivo es acortar la brecha digital, se hacen capacitaciones y se facilita el uso de computadores para requerimientos del usuario, también se ofrece orientación para obtener documentos en línea del Registro Civil, trámites del SII y Chile Atiende.

En esa década, paralelamente, empezó la preocupación por el género, en específico, las mujeres, dada la condición de campamento minero y alto índice de violencia por el machismo arraigado. Así se hizo Danza terapia, diversos talleres de crecimiento espiritual y de manualidades, Biblioterapia (Hasta hoy es un programa que se realiza). Todo lo anterior, siempre buscando vinculación con el libro de una manera lúdica. Para acercarse de mejor manera al público, la Jefa de la Biblioteca en su formación profesional  ha asistido a varias capacitaciones enviada por la antes DIBAM y actual Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, otras tantas por iniciativa propia, como un Diplomado en Relaciones Públicas y Protocolo, además de varios cursos de fomento lector y de crecimiento espiritual (Maestría en Reiki y Practition International en Flores de Bach por Fundación Bach), lo anterior para potenciar Biblioterapia.

En este caminar reconoce el apoyo de varios colaboradores, por ejemplo, Cristina Larco B. con los canastos con libros que llevaban a la Escuela Oscar Yáñez Pastén y actividades en la Biblioteca; Ginette Rojo con actividades complementarias al Carrito en Inca de Oro, Marta Grijalba retirando los diarios en la Librería Splendid, Patricia Torres S. con lectura de cuentos los sábados, Cynthia Vega M. con préstamo de libros de El Carrito, Patricia Santos A. Cuenta Cuento capacitada por Carlos Genoveses, Dahiana Latorre L. con los Clubes de Lectura, Las MiniBiblioamigas (niñas que hacían manualidades con foco en los cuentos), éstas últimas son origen de lo que después fue BiblioAmigos Cultura y Entretención, Agrupación con Personalidad Jurídica que apoyaba las actividades de la Biblioteca, su primer presidente fue Washington Pavéz Rivera.

En la actualidad, dada la pandemia, las actividades se realizan de manera online, Club de Lectura Mujeres, Club de Lectura Juvenil, Biblioterapia se adhirieron a esta nueva modalidad. Pese a que la Biblioteca debió cerrar temporalmente sus puertas, sigue conectada con sus usuarios gracias a las nuevas tecnologías.

La lectura la define como un gozo del alma, un bálsamo para el espíritu, un salir de lo externo para tener un espacio con uno mismo y nutrirse a través de la palabra. Es un gusto que se va construyendo, la Biblioteca potencia el cómo entregar y mostrar la lectura, teniendo como eje lo lúdico.

El aporte de la Biblioteca a la comunidad de El Salvador considera que es ser un lugar de punto de encuentro, dar acceso a libros (en la ciudad no hay librerías). No obstante, ha sido un trabajo quijotesco, falta de recursos y poco personal, sólo dos funcionarios, implica un esfuerzo mayor.

El sello de la Biblioteca es el acoger, hacer sentir al visitante y usuario que es parte de algo especial. Para Mariela este establecimiento le ha permitido volcar su creatividad, acompañar, dar contención y hacer de su trabajo un placer. “Es gratificante escuchar que te agradecen por el incentivo para comenzar a leer”, en sus palabras.

Si bien considera que el hogar de uno es donde se tenga que estar, tiene un aprecio especial por El Salvador, ahí se forjó su historia de vida, llegó a 1°Básico, en esta ciudad creó sus primeros vínculos. El paisaje desértico lo califica como magia, silencio vivo, donde el viento habla, hay un gran magnetismo. Especialmente le agrada la claridad de El Salvador y sus noches estrelladas con la luna más grande que ha visto.

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